Crooner rock aferrado a un micro
Corcobado. Regresa en su faceta más interpretativa con un disco de versiones que presenta hoy en Gasteiz.
23.09.11 - 03:04 -Arturo García |
Aunque se mantiene alejado de los focos mediáticos, Javier Corcobado (Frankfurt, 1963) no para. Mientras trabaja en nuevos poemas, un disco con canciones propias y un inusual montaje sobre una composición de 24 horas de duración que quiere interpretar en vivo sin interrupción, el cantante lanza una colección de versiones de sus artistas y estilos favoritos: ‘Luna que se quiebra sobre la tiniebla de mi soledad’ en la que recrea bossa, rancheras, boleros y clásicos de, entre otros autores, Caetano Veloso, Astrud Gilberto, Sinatra, José Alfredo Jiménez, Manuel Alejandro, Agustín Lara y hasta Spacemen 3.
–¿Cómo llegas hasta un disco de versiones?, ¿qué te movió?
–Estoy en un largo proceso de composición durante todo este año. Pensé que, mientras tanto, sería bueno hacerlo.
–¿Fue difícil dar con alguien que lo editara?
–Quedan pocas discográficas y apenas invierten en nuevos proyectos. Los artistas hemos de asumir ahora la producción ejecutiva, la promoción... Las compañías fabrican y distribuyen, nada más. Son tiempos difíciles para la difusión de la música y finalmente volví a Pias, que editó también el disco anterior, ‘A nadie’ (2009).
–¿Cuál ha sido el criterio de selección de los temas incluidos?
–Son canciones que me han ido acompañando a lo largo de los últimos años y que formaban parte de la selección musical que hacía para poner antes y después de los conciertos. Algunas las llevo conmigo desde niño, otras las conocí en mi juventud o recientemente.
–¿Hasta qué punto impone acercarse a repertorios o canciones de gente admirada o a tus temas favoritos?
–Es una gran responsabilidad, son canciones indestructibles al paso del tiempo que están compuestas con gran talento e interpretadas en origen con maestría y emoción. Sólo he querido homenajear las, no mejorarlas.
–¿Cómo abordas una versión?
–Lo primero es conocer a fondo la original: letra, ritmo, acordes, melodías, arreglos. Después viene la reinterpretación, que consiste, simplemente, en llevarla estilísticamente a nuestro terreno.
–¿Qué crees que hace atemporal una canción o una melodía?
–La calidad, la emoción, el misterio, la genialidad...
–¿Qué relación mantienes con la composición?
–Una relación de amor y odio. A veces siento que es lo más duro que puedo experimentar y que acaba conmigo, otras es un bálsamo que me hace sentir fuerte y seguro.
–¿Cómo observas la escena musical actual?
–Estamos viviendo un cambio muy traumático que nos afecta más a los creadores que a los meramente intérpretes. Muy pocos invierten en obras originales; prefieren tirar de catálogo y reeditar. Hay una escasez de sensaciones nuevas en la música. Las imitaciones y relecturas abundan. Igual a mí también se me puede acusar de esto por haber hecho un disco de versiones ahora, pero yo sigo componiendo. Para colmo, al público se le educa de muy mala manera desde hace décadas.
–¿Crees que la crisis económica general sumada a la de la propia industria musical crean un cóctel explosivo para las estructuras en torno a la música?
–Evidentemente, si no hay discográficas que ayuden a los artistas invirtiendo en ellos, lo han de hacer otros entes o los propios artistas ¿quiere decir esto que si un artista no tiene dinero no puede dar a conocer su obra? Pues en muchos casos sí. La gente ha de tomar conciencia de que la música no es sólo algo frívolo y festivo, sino la más etérea de las artes. Hay que empezar a enseñar a los niños el valor y el poder de la música.
–Dices que este es tu disco más crooner y he leído que te sientes un crooner desde niño. ¿Cómo definirías esa etiqueta o modelo de interpretación musical?
–Siempre he entendido como crooner al cantante que, aferrado a su micrófono, canta historias de amor. Mis favoritos han sido Raphael, Nino Bravo, Frank Sinatra, Scott Walker, Machín, José Alfredo Jiménez, Jacques Brel, Serge Gainsbourg, Elvis e incluso Alan Vega.
–Poeta, músico, escritor, crooner, ¿te gusta el término artista para describir lo que haces?
–Me siento cómodo con el término artista, sí.
–Alguien que trabaja con el lenguaje como tú, ¿crees que se viven tiempos mejores o peores que otros para la palabra y su significado para la sociedad?
–La palabra se ha ido depauperando, la lengua se mutila y envilece el sentido de los términos, pero amo la palabra. Sobre todo porque, bien empleada, permite la elocuencia y la comprensión, y por tanto, la comunicación fluida, que tanta falta le hace a la sociedad.
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