 Hace cuatro años que dejó su Aragón natal, él asegura que de forma definitiva. Ahora vive en una de las zonas con más solera del viejo Madrid. Enrique Bunbury [Zaragoza, 1967] vive a un paso del Rastro, a otro de la Puerta del Sol, la Plaza Mayor y el multicolor barrio de Lavapiés. Quizá por culpa de esto último, y de su constante curiosidad viajera, su música ha ido impregnándose de tonos y ritmos más universales.
"Vivo a caballo entre este piso de Madrid y una casa que me he comprado en el Puerto de Santa María [Cádiz], que es la que a mí más me gusta, adonde me escapo para desconectar, para escribir canciones. Es donde sé que voy a acabar cuando pueda retirarme.” Cuando habla de jubilación, Bunbury ni parpadea ni bromea, como si lo tuviera todo calculado. Pero nada indica que esté pensando en ello. Su actividad musical es intensa desde hace más de 20 años, desde sus comienzos en Héroes del Silencio, y ha mantenido el ritmo en solitario.
¿Las consecuencias tiene muchas lecturas?
Me gustaría que fuera así y no un trabajo adaptable a circunstancias personales, que tuviera reflejo en el público. Es lo que buscamos todos. De hecho, he intentado desdoblarme y no hacer canciones autobiográficas sino utilizar determinados sentimientos para transmitir ideas.
Pero algunas canciones parecen envueltas en un cierto misterio.
A primera vista parecen densas, abiertas a más interpretaciones. Como Es hora de hablarlo o Las consecuencias. Parece que se está hablando de una ruptura sentimental y en realidad trata de una relación más social y de amistad. Pero no me importa en esos casos usar el femenino para referirme a la otra persona y al masculino para referirme al cantante, que es el narrador.
En canciones como Ella me dijo que no la orquestación y los arreglos de cuerdas le alejan del rock más guitarrero de otras épocas. Hasta recuerda al McCartney más barroco.
Me encanta oís eso. Yo soy muy fan de McCartney, un defensor suyo frente a todos los ataques que recibe de los que le acusan de blando en contraposición a Lennon. Se han olvidado de un gran genio. Además, me gusta mucho como bajista.
Yo le creía fan de otros…
Una de las razones por las que elegí a mi bajista actual, Robert Castellanos, es porque lleva tatuado "Macca”, en homenaje a McCartney. En esa canción él hace un trabajo muy bueno de bajo y eso nos ayudó a escribir las partes de la cuerda y a desarrollar la canción.
¿Qué quiere decir cuando afirma en una canción "siempre conviene alegrar a la gente, y siempre conviene asustar un poco”?
Este disco se asoma un poco al lado oscuro de uno, es más melancólico, más íntimo. Esa canción abre el disco y yo quería avisar al oyente de no se iba a encontrar un álbum de rock convencional, un disco brillante y vibrante. Las consecuencias no es un disco para escuchar en bares. Es un disco más para chimenea, para escuchar en soledad. Es un aviso de que se van a meter e un lugar más oscuro.
Texto: Alberto Vila
La entrevista completa estará disponible el próximo domingo 21 de febrero en El Dominical, suplemento que se distribuye cada domingo junto a los principales diarios regionales de España.
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