Andrés Calamaro pisó España en el 2000 con 400 canciones bajo el brazo. Fruto de un año de una febril y desbordada época compositiva que tenía como centro neurálgico Deep Camboya, su estudio casero en el barrio bonarense de Palermo. De esas canciones nació el ya mítico y excesivo disco quíntuple El Salmón, todo un hito de 103 canciones -80 totalmente nuevas y algunas versiones-. Aunque en su país, Argentina, se publicó como disco doble. "En España era normalísimo ver este tipo de ediciones a fin de año, ofertas navideñas como ‘las 101 mejores canciones del pop español de los ochenta’ y muchas variantes del género súper discos. Discos baratos por la cantidad de música, pero muy rentables. Entonces insistí para editar algo así pero de música original. Yo ya había armado varios CD, incluso con títulos y con diseño gráfico; y eso fue lo que llevé a la discográfica para ‘vender el pescado”, explicó recientemente Calamaro al periódico argentino Página 12. Esos 15 discos que el Andrés utilizó para "vender el pescado”, con portadas fabricadas por el propio Calamaro con recortes de periódico y con títulos tan sugerentes como Extranjero, Prostitución, Malafama, 1.000 rehenes o Paraíso perdido, todavía se conservan y se guardan en una balda de su discográfica en España, Warner. La misma discográfica que entre febrero y marzo sacará la segunda parte de El Salmón, o mejor disco Salmonalipsis Now (una mezcla entre El Salmón y la épica película Apocalipsis Now), un álbum doble con las mejores canciones de El Salmón original más cinco o seis temas inéditos. Su principal función será, por un lado celebrar los 10 años del mítico disco –que se cumplieron en noviembre de 2010- y, por otro, llegar a países donde cuando se publicó el disco Andrés no tenía tantos seguidores, como Colombia o México. "Ha sido el propio Andrés el que no ha querido volver a hacerlo tan amplio”, explican desde su discográfica. "Pero si quisiese podría hacerlo: aquí tenemos 15 discos, unas 400 canciones, de lo que pudo haber sido El Salmón. Pero él tendrá muchas más”.
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