CABARET DEL EXCESO|El Rincón Del Rock

12 de marzo de 2009

Julia Marisol Hernández

"Guadalajara, a sus pies. Volveremos pronto", sentenció el pasado 3 de noviembre Enrique Ortiz de Landázuri Izarduy, mejor conocido como Enrique Bunbury, ante poco más de 10 mil gargantas que nunca se cansaron de exaltarlo, y que interiormente guardaron esas palabras en sus mentes como una llama de esperanza, para que el reencuentro con el cantante no volviera a ser dentro de otros tres años.

De esa fecha transcurrieron sólo unos meses y el oriundo de Zaragoza le cumplió a los miles de fanáticos tapatíos, que se dieron cita en la Arena VFG anoche, y que en punto de las 21:30 horas estallaron en gritos al ver al intérprete de "Canción cruel" salir al escenario con sus inseparables y clásicos sellos distintivos: una guitarra, una tejana y un par de gafas oscuras.

Posteriormente siguió, como es su costumbre, un concierto de más de dos horas, en el que sacó del cajón prácticamente todos sus éxitos, uno tras otro, provocando de esta forma fuertes emociones entre la entregada concurrencia. Asimismo, volvió a presentar la producción que muestra en su gira "Hellville de luxe" con esa energía y potente voz que lo ha caracterizado desde que era el vocalista de Héroes del Silencio.

De este disco deleitó con "El hombre delgado que no flaqueará jamás", "Hay muy poca gente" y "Bujías para el dolor". Sin embargo, la emoción tapatía se desbordó con temas como "Lady blue"; "Sí"; "El extranjero"; "Desmejorado" y "Viento a favor". Finalmente entre bailes, temas e intervenciones con su gente, el español se despidió de ellos con otro excelente repertorio, que incluyó los temas "Me calaste hondo"; "Los restos del naufragio"; "Irremediablemente cotidiano"; "El mismo dolor" y "Al final".